Portada del periodico 20 Minutos:
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Noticias
  • El amigo de mi enemigo...
    Pasado ya el disgusto de Pedro y su infinita generosidad al volver a ponerse al frente del rebaño, tenemos en marcha la campaña de las elecciones catalanas, un ring de ‘todos contra todos’ donde Salvador Illa es el que más recibe, pues para eso es el favorito en todas las encuestas, y no solo la de Tezanos. La cuestión es en cuántos escaños se mide ese favoritismo y qué pasará después, cuando toque buscar alianzas, porque en ese triángulo PSC-ERC-Junts emerge una certeza científica: nadie se soporta. Ayer, Illa se abrió a un acuerdo "transversal" con Junts si él gobierna; mientras, Puigdemont asegura que solo pactaría con Illa o Aragonès si el president es él, y Aragonès repite el mismo salmo: solo pactará desde lo alto de la escalera. Traducción: huele a bloqueo y, por ende, a posible repetición electoral.
  • '¡Cracktalunya!', o una Catalunya hecha pedazos
    La campaña electoral catalana empieza de cero, otra vez. Todos esperaron a Sánchez y pues nada, empezamos de nuevo, esta va a ser la campaña más corta, pero no por ello menos impredecible. Antes que nada y en buena lid quiero recordar a los lectores de estas letras, especialmente si son políticos, que no son artículos para defender a unos u otros. Lo son para hablar de campañas y de comunicación, para ahorrarse recibir mensajes del estilo “muy decantado hacia” o “se te ve muy del lado de”, que son expresiones populares preferidas por aquellos que desconocen qué es un consultor político y a qué se dedica. Dicho esto, esta campaña es especialmente difícil porque está impregnada de emociones y muy poca razón, dirían los catalanes “molta rauxa i poc seny”. Las gráficas y los eslóganes elegidos no son para recibir premios, son más bien conservadores, dedicados a los suyos, sin ganas, o sin capacidad de ir más allá de las fronteras de sus partidos. Y luego está el disparate de C’s d
  • Tiempo de reflexión
    La intriga, como en las mejores novelas policiacas, no se resolvió hasta el último momento. Pedro Sánchez se tomó cinco días para reflexionar sobre su futuro y decidir, finalmente, que se quedaba como estaba; y los más afortunados han disfrutado esta semana de unos días de puente para terminar de digerir el suceso que ha mantenido en vilo al país, convertido en un casino de apuestas, sobre cuál sería la decisión final del presidente del Gobierno. El desenlace, como era de prever, ha suscitado reacciones opuestas. Euforia, entusiasmo y alivio entre sus colaboradores más cercanos, simpatizantes y votantes y duras críticas entre sus adversarios. Normal, no cabría esperar otra cosa. También tenemos otra reacción, la del desconcierto de muchos ciudadanos, esos que deciden su cambiante voto en cada elección y asisten con perplejidad a los vaivenes de esta legislatura, en la que no se sienten reflejados, sino más bien espantados del espectáculo de un Parlamento que, en ocasiones, se asemeja a un plat
  • Amor x Roma
    Al revés dice Roma y al derecho dice amor, cantaban los Radio Futura (y después Bom Bom Chip) en la mítica canción Corazón de tiza. Se lea como se lea, del derecho o del revés, es inevitable sentir amor por Roma. Acabo de regresar de viaje, ¿se nota? Es mi segunda visita a la capital de Italia y ya han pasado 12 años desde la primera. Sin planear ni meditar llegué a la ciudad de Rómulo con una única misión: entrevistar a Nebulossa (los representantes españoles de Eurovisión), que actuaban allí. El resto era una incógnita. En su día, Roma me encantó y me flipa su historia, pero no sabía que esta vez también me aterraría. Aunque soy consciente de que es una ciudad inabarcable, he visitado muchos de sus checkpoints más míticos: el Coliseo, el Panteón, el Moisés, el Castillo de Sant’Angelo, la Plaza de España, la Navona, la del Popolo, el Vaticano… y aún quiero más porque ni estando dos meses allí sería capaz de ver todo lo que tiene Roma para ofrecerme. Ni encerrándome un año en
  • Decrecer o morir
    La reina Letizia sacó el asunto a colación en un seminario sobre Periodismo. Se preguntó allí sobre la tesis que defiende la necesidad de reducir drásticamente el consumo de energía y recursos naturales para evitar el agotamiento del planeta. Es la llamada teoría del decrecimiento. Explicó allí doña Leticia que quienes la propugnan se oponen al concepto del «desarrollo sostenible», ahora imperante en los foros internacionales, para avanzar en la descarbonización. Un debate difícil de abordar porque obliga a poner en solfa lo que se plantea en las cumbres sobre el clima y cuyos tímidos compromisos ya resultan lo bastante arduos de conseguir como para cuestionarlos por insuficientes. Ello no obsta para hacer oídos sordos y desatender los criterios de aquellos científicos y economistas que sostienen, con argumentos de peso, que la humanidad va por un camino equivocado y que algo hemos de hacer para corregir lo que consideran ruta suicida. El decrecentismo parte de la base de que una escalada en la