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- La Bercianita: la nueva guardiana del sabor berciano que dignifica lo propio
El amor al Bierzo como encaje de emprendimiento es lo que La Bercianita quiere defender, una nueva marca agroalimentaria que se posiciona como mucho más que un tesoro de la fertilidad comarcal y de sus ocho marcas de garantía. Es la defensa de una identidad que el CEO de la compañía, Antonio Espejo, reivindica. "Es una declaración de amor al Bierzo", reitera, "y a las guardianas del saber hacer", dice, justificando la elección de su nombre como homenaje a la mujer del campo berciano. La Bercianita ha hecho un pacto con el sabor, la tierra y el tiempo, siempre con respeto al origen, en la defensa del mundo rural y en la convicción de que el futuro de la gastronomía pasa por un equilibrio entre tradición y sostenibilidad. La firma irrumpe en el sector agroalimentario con una premisa clara: detener el reloj. Frente a la producción acelerada y la industria estandarizada, La Bercianita apuesta por la elaboración lenta, la selección cuidada y el respeto absoluto por los ritmos naturales. "Es lo que conocier - La generación Z del robo sin épica
La incógnita sobre quién recogerá el testigo marca la pauta de un presente sin futuro que cada vez duele más. Y lleva la marca Bierzo en su ADN. Se pierde el sector agroalimentario, o se estanca en esa venta a granel que beneficia a quienes elaboran fuera de nuestras fronteras comarcales, frontándose las manos al ver que no encumbramos. Falta relevo en todo lo que tiene que ver con emplear las manos como herramienta viva, y no las máquinas: esas que el «ilustre» Rajoy defendía como creadoras de otras máquinas, y que en teoría debían preservar puestos de trabajo humanoides que hoy laten más débiles que nunca. No hay relevo ni para los atracadores de calle, lastrados por una generación que ya no lleva suelto, ni billetes, ni nada que encierre valor más allá de un código QR. Ahora se roba una clave o un teléfono de lujo; la cartera ya no tienta porque solo guarda las fotos de carnet de los allegados más estéticamente afortunados, y eso con suerte. Pero las Navidades mantienen la nostalgia de aqu - Extremoduro
Hace muy pocos días fallecía Roberto Iniesta, cantante carismático del grupo de rock Extremoduro, natural de Plasencia. Aunque para quienes ya somos mayores nos resulte un tanto lejano, reconozcamos que este conjunto musical ha ayudado a promocionar a su tierra. No obstante, hoy esta tierra, geográficamente marginal, compañera de fatigas del vecino Portugal, experimenta un especial protagonismo. Son muchos los españoles que desean salir del atolladero en que se encuentra España con un gobierno que ni gobierna ni deja gobernar y que podría perpetuarse indefinidamente, convertido en una autocracia o, si se prefiere, en una dictadura. En situaciones como la presente, en cualquier país democrático se habría optado por convocar elecciones, pero ni al Presidente del Gobierno ni a sus socios les interesa arriesgarse a perder sus sabrosas prebendas. Están dispuestos a resistir, como sea, con tal de permanecer en las respectivas poltronas. Por eso las presentes elecciones autonómicas y las que tendrán lugar - Y los sueños, sueños son
Mientras escribo estas líneas, suena de fondo esa banda sonora que cada año sirve como inauguración de las fiestas navideñas. Voces infantiles entonando los números agraciados con algún premio en la lotería de Navidad. Ilusión, desconfianza o decepción para la mayoría. Música celestial en los oídos de los pocos afortunados que poseen alguno de los décimos premiados y con ellos la posibilidad de cumplir esos deseos o de llevar a cabo esos proyectos que todos albergamos en nuestra mente. Enhorabuena. Soñar es gratis, por suerte. Al menos de momento, mejor no demos ideas. Y no siempre nuestros sueños tienen que ver con el dinero, aunque lo cierto que este suele aumentar las opciones de hacerlos realidad. Más en este mundo en el que vivimos, en el que tener cubiertas las necesidades más básicas; alimentación, vivienda, salud, educación…; es cada vez más caro y resulta bastante complicado para mucha gente. A veces soñamos con cosas más sencillas y que al mismo tiempo no tienen precio, sobre to - Libres de miedo y violencia
Vivimos en una sociedad que ha normalizado durante siglos el machismo en las relaciones cotidianas. Ese machismo no siempre se traduce en agresiones físicas visibles; a menudo se manifiesta en pequeñas violencias diarias que se infiltran en los ambientes laborales, familiares y de ocio. Comentarios «inocentes», miradas que cosifican y silencios cómplices sustentan un sistema social que históricamente ha enseñado a las mujeres a soportar, a relativizar, a minimizar. La novedad no es que ahora veamos machismo por todas partes, sino que ahora se denuncia y ya no se tolera con la misma impunidad que antes. El discurso público se ha transformado porque las mujeres han dejado de aceptar calladamente conductas que antes se atribuían a «malentendidos» o bromas desafortunadas. Esa denuncia creciente incomoda a quienes se han beneficiado del statu quo durante demasiado tiempo. Porque machismo no es sólo una falta de respeto en un tuit, es un sistema de relaciones de poder que opera desde la cotidianidad hasta l









30/12/2021 