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- Las espaldas del tiempo
Existe un pueblo indígena en los Andes que cuenta con una concepción del tiempo, sobre todo en el aspecto espacial, que es del todo contraria a la que tenemos asumida en Occidente. Para los aimaras, el pasado es aquello que se encuentra delante, frente a nuestras narices, y el futuro siempre se halla detrás, motivo por el cual no podemos verlo. Es decir, que hoy, 31 de diciembre, día por excelencia de los balances, sería el momento de mirar hacia adelante y no de echar la vista atrás. En realidad, el planteamiento de esta cultura andina es de lo más acertado. La visión aimara se basa en que el porvenir siempre se sitúa detrás nuestro, como la más insistente de las sombras, y esto imposibilita que podamos verlo por mucho que nos esforcemos en darnos la vuelta. Sus movimientos son, por definición, más rápidos. El futuro acecha a nuestras espaldas, quién sabe si como ángel de la guarda o como el más traicionero de los demonios, y nos sorprende con golpes de dicha o desgracia que no vemos venir. Por - Pan
He estado toda mi vida oyendo contar a mi madre historias de cómo se hacía pan en distintas casas. La casa de su madre, en la casa de su abuela, en la casa de tal o cual tía. Me ha costado trabajo entender por qué mi madre hablaba de casas cuando la materia era el pan y por qué hacía distingos entre unas y otras. Era como un mensaje subliminal con una información subyacente de aquella época, de aquellas mujeres, que no acababa de desencriptar y que ella transmitía en la confianza de que yo la entendiera puntualmente. Como si esto de saber hacer pan viniera de serie, tal el color de los ojos o una mancha que se perpetúa en la piel generación tras generación. Como si el pan que se hacía en cada casa no fuera el mismo pan y eso la obligara a mencionar la sabrosura del de esta casa, o del de aquella otra. Y ya rizando el rizo, como si el pan que se hacía cada día no fuera el mismo pan aunque fuera la misma casa, aunque estuviera impregnado de la seña de identidad de cada autora. Así que me lancé a l - Manga por hombro
Pues así, manga por hombro, está remendando La Piel de Toro, este gobierno sanchista. Sin decencia, sin cordura, justicia ni otros valores perdidos, como la convivencia. El país está enfrentado las mujeres contra los hombres; los del cambio climático contra los que no lo temen; los jóvenes sin futuro, contra la gente mayor que pudo comprar una vivienda con esfuerzo y gozó de un trabajo estable. Incluso el propio gobierno está desgajándose por los casos de tantos afanadores y tanto baboso; aparte de los enfrentamientos internos. Hace poco vimos la profunda indignación de Yolanda Díaz, que sacó la lengua a pacer pidiendo una liquidación total del Partido. Como era de prever, al día siguiente reculó, pero ya había caído en desgracia con el Sátrapa y no cabía dar marcha atrás. Poco puede esperar para mantener su exigua cuota de poder. Otro caso de lapidación es el de Alegría. Cierto que era una nulidad y algo malvada, pero la despacha para Aragón, donde se esfumará. Más sonoro es el caso de u - Buen año hagamos
Lo confieso: ganas he sentido de volver a enviar al periódico el mismo texto que fue publicado hace dos años, más exactamente el 27 de diciembre de 2023, titulado «¿Qué «feliz navidad» me dicen?». Desistí, toda vez que, ya superadas las navidades estrictas, principales fiestas religiosas, llevamos unos cuantos días con el saludo cambiado a registro exclusivamente civil del que, aun así -lo sé, tiro a raro-, me sigue sobrando ese deseo de (y esa remisión a la) felicidad, entendida con el significado atribuido por la Academia que, a nuestra lengua limpia, fija y da esplendor como: «Estado de grata satisfacción espiritual y física». Estado este que, en mi rareza, no solo es que me parezca muy largo para todo un año y hasta si me apuran unas fiestas… sino que, de así ser, más bien la tengo por consecuencia de la insensatez si no de la inmoralidad, a poco que se puedan utilizar sentidos como la vista o el oído y con ellos ver u oír el estado de la humanidad y enjuiciarla con la razón. Ya lo e - El carbón, las minas y El Bierzo (Publicado el 22 de marzo de 1998)
Sé que hablar del carbón en El Bierzo está casi prohibido, a no ser que se haga para pedir más ayudas, ya sea de Bruselas, ya de Madrid, ya de Valladolid. Pedir… siempre pedir para ir «amortiguando» esa muerte lenta pero inexorable a la que conducen las minas del Bierzo… Esto (perdón por la inmodestia) ya lo llevo viendo desde hace muchos años, porque no hacía falta ser muy listo para ver que más del 90% de las empresas mineras, aparte de crear trabajo puntual (es cierto) y pagarlo bien (relativamente), jamás se les pasó por la cabeza el reinvertir en los pueblos o zonas en las que sacaban el carbón para ir creando alguna alternativa, o por lo menos dejar la zona «preparada» para cuando el «filón» dejase de ser rentable. Esto que digo creo que todo el mundo lo veía…, lo que pasó y pasa aún, es que la gente cerraba y sigue cerrando los ojos a la realidad; mientras… «yo viva y saque un buen sueldo» ¿qué más da…? «El carbón se acaba pero… yo vivo bien!»… Veían cómo su pue
14/12/2017 