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- Queridos Reyes Magos
Una de las ilusiones que tienen los niños en las vacaciones de Navidad, o por lo menos yo la tenía, era escribir la carta a los Reyes Magos para pedir regalos, algunos realistas, otros no tanto, por eso quizás no llegaban todos. Ahora con 24 años los únicos deseos son salud y que todos y todo lo que me rodea cumplan sus objetivos, pero principalmente lo primero, que nadie falte en la mesa el año que viene. Quizás este año a Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque aquí en El Bierzo también tenemos al mago Chalupa, me gustaría pedirles también que en lo deportivo cambien las cosas y que todo lo que gira en torno a la Ponferradina cambie, tanto en los despachos, como en la grada. No están siendo los mejores momentos en el club, a nadie le gusta perder una final de la fase de ascenso y menos verse en la situación en la que estamos, pero si por algo somos del equipo de nuestra ciudad es porque no miramos las categorías, ni los resultados, nos movemos por las raíces y las pasiones. Aunque claro, ¿a quién n - Las cosas que no perdimos en el fuego
Las cosas que perdimos en el fuego'. Podría ser el epitafio del año 2026. Pero resulta que también es el título de un libro de relatos inquietantes de Mariana Henríquez. Un libro que estaba ahí antes del fuego. Los libros siempre han estado ahí. Os contaré una historia sobre ello porque el solsticio de invierno es época de contar historias al calor de la lumbre. En mis Navidades de los doce años acompañé a mis padres a comprar los regalos para mis hermanos, que aún creían en los Reyes. Me sentí adulta, me sentí responsable. Recuerdo que fuimos a una juguetería enorme que había en La Bañeza. Abajo droguería y arriba, pasillos y pasillos de cajas de juguetes. Recuerdo que hacía frío, pero yo tenía calor. La emoción de estar allí, eligiendo los regalos para mis hermanos, cuchicheando con mis padres. Sentí que entraba en otro círculo. El círculo de los secretos de los adultos. Esa fue la última Navidad con la familia al completo, la última Navidad con regalos. Mi madre murió. Y todos de - Setecientos veinte millones
Los cálculos que hacía el pasado martes este periódico sobre la lluvia de millones que tocaron a la provincia de León con el premio gordo de la lotería de Navidad, elevaba la cifra a 720 millones de euros. Esto hay que compararlo con algo para hacerse una idea de si es mucho o es poco. Es más fácil valorar los 400.000 euros al décimo, pues podemos compararlo con lo que cuesta una casa, o con los años que hay que cobrar la nómina anual para alcanzarlo. Yo lo llevé al terreno que más domino, al de la agricultura, y rápidamente me di cuenta que se aproximaba mucho al valor de toda la producción agrícola y ganadera, en la provincia de León, durante un año. Es como si un reducido grupo de afortunados se repartieran el valor de todas las ventas del campo, sin descontar los gastos de explotación, de todo un año, esas ventas de las que, una vez detraídos los insumos y las amortizaciones, y una vez sumadas las ayudas públicas, conforman la renta agraria, lo que remunera todos los factores de producci� - Cuidado con 'El Gordo'
Celebro, con la mezcla de alivio, la emoción que todo leonés tiene por su tierra y por qué no, algo de envidia, que varios municipios de nuestra provincia hayan visto caer una parte importante del Gordo de la Lotería de Navidad. No es sólo una noticia de alegría, para muchas familias de comarcas como La Bañeza y Laciana, llega después de un año muy duro, marcado por incendios y por decisiones industriales que han dejado a trabajadores y empresas pensando en el mañana. Estos días he recibido en mi despacho de Renta 4 León varias parejas y familias agraciadas. Algunas han venido bien orientadas: reparto entre fondos de renta fija, mixtos y algo de renta variable según perfil; horizonte temporal claro y la decisión de buscar asesoramiento profesional. Otras han venido en estado de shock y convencidas de que lo primero y único que toca es cancelar la hipoteca de la casa. Permítanme, desde la responsabilidad de quien tiene 25 años de experiencia en asesoramiento financiero (y con la discreción que ex - El regalo invisible de las Navidades
En los pueblos, cuando se encienden las luces y la plaza empieza a oler a castañas, parece que todo nos empuja a 'hacer': comprar, correr, organizar, quedar. La agenda se llena y el corazón, a veces, se queda igual: con la misma prisa, la misma preocupación o mayor que el resto del año y ese pensamiento silencioso de «tengo que estar bien». Pero la Navidad no es un examen de felicidad. Es, como mucho, un espejo. Y lo que refleja no siempre es perfecto: refleja ausencias, cansancio, tensiones familiares, cuentas que no salen, comparaciones que duelen, soledades que pesan más cuando el mundo insiste en que «hay que celebrar». No hay nada raro en sentirse así. Lo raro es creer que debemos fingir lo contrario. Volver a casa en estas fechas también es volver a un papel antiguo. Sin darnos cuenta, el adulto se vuelve hijo, nos ponemos una armadura sin necesidad, la conversación se atasca en lo de siempre. A veces discutimos por lo pequeño porque no sabemos nombrar lo grande: el miedo a defraudar, la necesi
02/02/2011 