Portada del periodico La Nueva Crónica:
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- Idean una tirolina desde Compostilla II a Congosto para salvar las torres de Endesa
Fue el dolor por ver desencajarse un bastión de pasado de las huellas de la tierra berciana lo que movió al que fuera jefe de Comisaría de Aguas, Alonso del Palacio, a buscar una posibilidad para salvar esa central térmica de la que se firmaba su fin. Nadie contemplaba que Endesa nació en ella, en Cubillos, en el Bierzo y que a la cuna nunca se le olvida ni se le sentencia. Eso molestó profundamente al técnico jubilado que se puso a maquinar una salvación. Un jefe de Comisaría con solera. Estuvo detrás del replanteo técnico de esos trabajos. El segundo proyecto de la dirección de obra de la carretera de Congosto a Santa Marina fue suyo. Tiene mil obras en el Bierzo, incluso la potabilización de muchos pueblos como Dehesas o Rimor, donde recuerda que se consiguió acabar con el cólera en solo un verano con esa potabilización. Realizó nuevos proyectos en los pozos en los que no se podría introducir sistemas de cloración, como sucedió en Dehesas. La dinamita se hizo con las torres de refrigeració - El trampolín
El principal problema que tiene Feijóo», escucho decir a unos sesudos tertulianos radiofónicos, «es que no se da cuenta de que la prensa de Madrid no es lo mismo que la prensa de provincias. Él estaba acostumbrado a una prensa amable, una prensa que no molestaba, que no incordiaba, pero aquí no valen las presiones de los jefes de prensa para que no se hagan determinadas preguntas porque los medios son fuertes y no dependen tanto de la publicidad institucional», dice el relamido director de un digital que se postula para inventor del periodismo. Y van... En concreto, cuando él tiene una exclusiva es fruto de la libertad con la que trabaja y de la que tanto alardea, así como de su decidida apuesta por el periodismo de investigación; cuando es su competencia la que publica una exclusiva, no son más que filtraciones interesadas. A través de las ondas se puede intuir cómo el resto de los tertulianos asienten, quitándose la palabra sólo para darse razón unos a otros, y se intuyen también sus codazos po - Cabronofobia
En la ruralidad somos muy de decir «yo no me aparto» cuando te queremos dar la razón, como si te la diéramos pero no, como la vaca cuando le chufla el tren, chufla pero yo no me aparto ¿Qué somos atravesaos? Pues claro ¿Que algo nos habrán hecho? Ome coño, a mí me lo vas a decir. Eso, según cuenta Noemí en este mismo rincón, pero de ayer, se debería llamar cabronofóbico pero en realidad es que «yo no me aparto». Viene lo tocante a no apartarse a cuento de que cuando nos visitó el vicepresidente del Senado, que ya fue hace mucho pero como no volvió nadie pues no se nos ha olvidado, pues se dio un yo no me aparto. Era un señor que decía el periódico que iba los mitines de Fuerza Nueva para llevar a su suegra, que eso sí es cariño, por la hija, y vino —hará 30 años— a hablarnos de que España se rompe, que mira que debe ser dura porque todavía aguanta la maturranga, y venga con que se rompe hasta que Serafín se cansó y se lo dijo: «Yo no me aparto que España se rompe, si usté lo d - Las nuevas adicciones del siglo XXI
Cuando hablamos de adicciones, lo primero que nos suele venir a la cabeza, son las adicciones relacionadas con sustancias como el alcohol, el tabaco, el cannabis, la cocaína, la heroína, etc. Las drogas llevan ya mucho tiempo presentes en nuestra sociedad y, desgraciadamente, todos conocemos a alguien que se ha visto afectado negativamente por el consumo abusivo de estas. Pero en los últimos tiempos, estamos presenciando cómo ganan cada vez más peso otros tipos de adicciones. Y estas nuevas adicciones no están relacionadas con sustancias, sino con conductas. En la última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), publicada en el año 2013, ya aparece reconocido como trastorno el juego patológico. La ludopatía existe desde hace ya bastantes años, pero en los últimos tiempos, se ha producido un incremento muy significativo de los casos en los que está presente esta afección. Además de los casinos y de las míticas «máquinas tragaperras» que podemos encontrar - Sendero de chalecos amarillos
a pasado media hora y el tren sigue bufando sin moverse de la estación; los pasajeros sentaditos, cuchicheando. Todo hace sospechar: las luces interiores se apagan de cuando en cuando, el motor intenta arrancar sin éxito y el revisor recorre el pasillo de lado a lado con cara de circunstancias hablando por el móvil o simulando que lo hace para no atender los requerimientos que le acechan. La pasajera que tengo al lado comenta: «esto huele mal; otra de Renfe». Nuestros temores se confirman: un señor contrito sale de la sala del conductor (ocupamos el vagón de cabeza) y anuncia sumarísimo la avería: que subamos de nuevo a la estación y allí «nos dirán algo». Desbarajuste de maletas, zarandeo de abrigos, un bebé que llora, un perro que ladra, un señor que blasfema, unas chicas que ríen nerviosas. Chamartín está en obras y apenas hay sitio para nosotros porque el tren iba repleto. Nos estabulan en la zona restringida tras el control de equipajes, donde no se puede comprar nada para comer, sentarse