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Portada del periodico La Opinión de Tenerife:
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La Opinión
DIRECTOR: JOAQUÍN CATALÁN | AÑO XVIII | N.º 6377 |
Culturas

CULTURAS

La Opinión de Tenerife

suplemento
de cultura
número

329
sábado, 22 de abril de 2017

■ pierre lamaitre, el maestro del giro (3)
■ el último ‘artefacto’ de enrique vila-matas (4y5)
■ la memoria del pianista glenn gould (6)

Paseando con
Robert Walser

F. R. PASTORIZA

‘El paseo’, de
Robert Walser

El día de Navidad de 1956, después
de comer, Robert Walser inició un paseo por los alrededores del hospital siquiátrico de Herisau, en el que estaba
internado desde hacía 23 años. No llegó a terminarlo. Un infarto fulminante acabó con su vida y lo derribó sobre la nieve que cubría los
senderos por los que todos los días
caminaba durante horas. Caminar
era una de las actividades preferidas de
Robert Walser. Desde siempre acostumbraba a hacer largos itinerarios a pie, de día
o de noche: de Munich a Würzburg en
un día, de Berna a Ginebra en dos
jornadas, o a Sumiswald, Huttwill, Burgdorf, Büren… siempre con su bloc de notas en el
que escribía incesantemente.
No podía vivir sin sus largas
caminatas, a veces hacía más
de una al día. “Sin pasear estaría muerto”, había escrito
hacía muchos años en El
paseo, una de sus obras más
enigmáticas que ahora,
cuando se cumplen cien años de su publicación en 1917, rescata la editorial Siruela.
El paseo es una obra corta, escrita con la
sencillez que caracteriza el estilo de Robert
Walser, en la que el autor refleja, a través de un
itinerario cotidiano y monótono, la sociedad
de su tiempo condensada en un microcosmos
de lugares y personas. Ante sus ojos, y los
nuestros, van desfilando los paisajes con los
que se cruza y que informan del enfrentamiento entre un mundo que desaparece y otro que
nace impetuoso: los huertos sembrados de
hortalizas, las posadas y las casitas con jardines y pabellones, frente a los automóviles, las
fábricas y los talleres que poco a poco van invadiendo la naturaleza. La quietud y el silencio
de un bosque de abetos contra el estrépito de
un tren cargado de soldados que cruza un paso a nivel. Una panadería con un rótulo presuntuoso y exagerado, un aserradero con maderas y virutas, la casa de una sociedad adornada con banderines y estandartes, la tienda
de sombreros de señora, una peluquería rural,
un zapatero, una escuela, la herrería, los ultramarinos… todo le lleva a reflexionar sobre la
sociedad de un tiempo en el que muere una
manera de vivir mientras nace otra cuyo destino le parece cuando menos incierto.
Las personas representan aquí el aplastamiento del hombre por la burocracia y el nuevo sistema. Discute con el recaudador de impuestos porque no tiene en cuenta su precaria
situación económica, con el sastre porque no
le gusta cómo le queda el traje que le encargó,
critica a un hombre elegante que ignora que
hay niños hambrientos... Menos mal que aún
quedan almas caritativas que le ayudan a sobrevivir: dos damas filantrópicas que ingresan
dinero en su cuenta, la señora Aebi, que lo in-

| P. 33 a 40

El paseo

ROBERT WALSER
Siruela
80 páginas

1906 vive unos años en Berlín con su hermano Karl, que
había triunfado como escenógrafo de teatro con Max
Reinhardt y se había hecho
un sitio como pintor. Allí Robert escribe tres de sus mejores novelas, que le proporcionaron una cierta popularidad: Los hermanos Tanner,
El ayudante y Jacob von
Gunten. Un diario, todas
ellas con ilustraciones de su
hermano Karl y fuertes connotaciones autobiográficas.
También su poemario Gedichte, publicado en 1909. A
su regreso a Suiza después
de una fuerte discusión con
Karl, se instala en una buhardilla de Berna,
donde vive durante ocho años, y colabora en la
prensa con críticas literarias, relatos breves y
crónicas culturales, mientras escribe su novela El bandido, que no llegará a publicar en vida (se editó en 1972).
Walser no sólo prefería la soledad y el aislamiento sino que huía de de la fama y el protagonismo. Mantuvo una larga correspondencia con Therese Breitbach, a la que nunca llegó a conocer en persona. En una ocasión, invitado a una lectura pública de sus poemas en
Zurich, pidió a un redactor del diario Neue
Zürcher Zeitung que leyese los textos mientras él se sentaba como un desconocido entre
los espectadores. Su máxima fue siempre la

vita a comer una vez a la semana, el anticuario
que siempre le pide que lo mencione en alguno de sus libros… y los niños, que corretean libres y sin freno y que despiertan en él reflexiones sobre una arcadia perdida: “Los niños son
celestiales porque siempre están en una especie de cielo. Cuando se hacen mayores y crecen se les escapa el cielo y caen desde la infancia a la seca y calculadora esencia y a las aburridas concepciones de los adultos (…) cuánto desearía el paseante volver a ser en un abrir
y cerrar de ojos un niño…”.
La obra de Robert Walser, sus novelas, sus
ensayos, su poesía, es una continua y profunda relación con su vida de persona solitaria, recogida, inquieta, que no dura mucho en un
mismo trabajo ni en
un mismo domicilio
(en Zurich llegó a vi- Se cumplen cien años de la publicación
vir en 17 sitios dife- de ‘El paseo’, una de las obras más
rentes, en Berna en
fascinantes y enigmáticas del suizo
15). Jürg Amann, uno
de los biógrafos de
Walser, escribió con fragmentos de sus obras que dejó escrita en una de sus cartas: “el escriUna biografía literaria, publicada también tor que tiene más posibilidades de cosechar
por Siruela, en la que sigue minuciosamente éxito es aquel que se empequeñece al máxilos pasos del escritor a través de sus narracio- mo, tanto ante los contemporáneos como annes, cartas, poemas y ensayos, con hallazgos te la posteridad”.
Robert Walser fue internado en un siquiátriluminosos y sorprendentes. Incluso su muerte está presentida en uno de los relatos: “Oja- co en Waldau, cerca de Berna, tras haber sufrilá me dejara cubrir por la nieve y yaciera sepul- do varias crisis depresivas. Poco a poco fue estado en ella y muriese dulcemente” (Una his- paciando sus escritos hasta abandonarlos totalmente. En 1933 fue trasladado contra su votoria navideña, 1919).
Hijo de un encuadernador, Robert Walser luntad a un manicomio en Herisau porque las
(Biel, Suiza, 1878), fue el séptimo de ocho her- leyes suizas obligaban a hacerse cargo de los
manos. Comenzó publicando poesía en diarios enfermos mentales a los centros de la localiy revistas después de renunciar a seguir su vo- dad en la que habían residido los padres. Fue
cación de actor. En 1904 publica su primer li- a partir de este momento cuando dejó de escribro, Los cuadernos de Fritz Kocher. Desde bir definitivamente.

www.laopinion.es
SÁBADO,
22 DE ABRIL DE 2017
1,30 EUROS

Luis Fonsi cantará
en julio en el festival
‘Mar Abierto’ | P. 55

de Tenerife

El artista puertorriqueño.

ENERGÍA | P. 5

SUCESOS | P. 57

SUR | P. 16

Cepsa repartirá bombonas
de butano a domicilio en
las Islas las 24 horas del día

El saqueo a una panadería
provoca una decena de
muertos en Venezuela

El Plan de Emergencias
de Arona alerta del peligro
de derrumbe de edificios

ÍNDICE: TEMA DEL DÍA 2 | SANTA CRUZ 4 | LA LAGUNA 12 | TENERIFE 16 | CANARIAS 20 | ECONOMÍA 26 | OPINIÓN 29 | NACIONAL 42 | INTERNACIONAL 45 | GENTE Y CULTURAS 47 | SUCESOS 56 | EL TIEMPO 69 | TELEVISIÓN 71

Negrín revela una extorsión para
lograr contratos en la tele canaria

El IGN instala
17 estaciones
para predecir
terremotos en
el Archipiélago

El presidente del consejo rector de la RTVC denuncia ante el juez chantajes y presiones
políticas y mediáticas del ‘Diario de Avisos’ para conseguir la adjudicación de programas

Las Islas tendrán 44
unidades a principios
del próximo año

Santiago Negrín, presidente del
Consejo Rector de la Radio Televisión de Canarias, informó ayer al
Parlamento regional de que ha
presentado una denuncia contra el

grupo editor de Diario de Avisos de
Tenerife, por extorsión y chantaje.
Negrín calificó de “falsas y maliciosas” informaciones de ese periódico sobre contratos “a dedo” en la te-

levisión pública, con el objeto de
conseguir programas. Ante el
asombro de los diputados por el tono de la intervención, aseguró que
no va a aceptar “más presiones me-

diáticas ni políticas” para la contratación de programas y no va a atender a las llamadas y exigencias de
medios de comunicación con intereses en el sector. PÁGINA | 20

Acuerdo. El Estado
invierte 400.000 euros
en los dispositivos

Z

PÁGINA | 47

Astor Landete
ve “intereses
urbanísticos” en
la nueva Ciudad
de la Justicia
El presidente de la
Audiencia pide seguir
en Cabo-Llanos
Reacción. Garcinuño
no ve otra opción que
la de El Sobradillo

Z

PÁGINAS | 8 Y 9

CC apoyará
los presupuestos
estatales pese
a la oposición
de Bermúdez
Zaida González, del PP,
recrimina a su socio
en el Ayuntamiento
PÁGINA | 4

L. O.

Un gas tóxico obliga a desalojar el edificio ‘El Cabo’
El edificio El Cabo, situado en el centro de Santa Cruz de Tenerife, tuvo que ser desalojado
ayer por la presencia de un posible producto
tóxico en sus dependencias que motivó las

quejas de varios trabajadores por picor e irritación alérgica. El supuesto gas irritante fue liberado en la tercera planta del inmueble, en
la sede del Consorcio de Tributos, situada en

este edificio, que también alberga otras importantes dependencias administrativas. Trece de
los trabajadores fueron atendidos por irritaciones y problemas respiratorios. PÁGINA | 56
DEPORTES | 58 a 66

Madrid y Atlético
pelearán por un
puesto en la final
de la ‘Champions’

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