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Portada del periodico La Opinión de Tenerife:
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La Opinión
DIRECTOR: JOAQUÍN CATALÁN | AÑO XVIII | N.º 6315 |
Culturas

CULTURAS

La Opinión de Tenerife

suplemento
de cultura
número

321

sábado, 18 de febrero de 2017

■ escher: la matemática en el grabado (3)
■ siruela publica lo último de george steiner (4y5)
■ historia del cine afroamericano en sus carteles (6y7)

Las últimas obras
de Montalbano y
Parker | P. 33 a 40

Connolly y Camilleri: en
busca del personaje agotado
FRANCISCO GARCÍA PÉREZ

Charlie Parker y Montalbano dan muestras de
acabamiento en las últimas entregas de dos
autores imprescindibles del género de intriga

Que un autor se cargue al personaje que le ha dado fama y dineros no suele reportar alegrías.
Vean lo que le ocurrió a Conan
Doyle al dejar morir a su Sherlock Holmes: hubo de mediar su
propia madre para que se produjese la oportuna resurrección.
Por este y otros tan malos precedentes, nada extraña que no pocos autores de novela negra o de
intriga o de suspense persistan
como forzados en sacar y sacar
nuevas entregas de sus héroes
sin que aporten nada nuevo las
mismas ni en trama ni en estilo ni
en escritura. No se me escapa
que las editoriales se resisten con
denuedo a que un autor abandone el filón que lo encumbró pues
con ello decrecerían los ingresos en las cuentas de la
casa. No se me escapa tampoco que hay lectores tan enganchados a un Charlie Parker (de John Connolly) o a
un Montalbano (de Camilleri) que con ver al prota en letra impresa consiguen su dosis y se les da una higa que
ya solo queden las cáscaras del mismo. Quizá yo me
cuente entre ellos: queremos tanto a Parker, queremos
tanto a Montalbano…
Unos nazis ancianos, repugnantes y decrépitos viven bajo identidad falsa en un pueblo de Maine, el escenario habitual de las novelas de John Connolly (Dublín, 1968). Alguien los descubre y decide vengarse.
Hay sorpresa final. Fin de La canción de las sombras.
Y no es malo el argumento y menos lo sería si no estuviese tan prieta la narración de personajes prescindibles… y de tantos y tantísimos nombres propios de comercios, bares, puebluchos. Nada que oponer. Pero había que meter en el asunto a Charlie Parker (el detective tan sombrío como su pasado), y a sus amigos
Louis y Angel, y al Hombre Puzle, y al Coleccionista: la

serie debe continuar. Pero hagan ustedes un experimento: quiten a los recién nombrados de la historia y
verán que sobran, que las atrocidades del campo de
concentración de Lubsko espantan por igual, que Parker y compañía están como podrían no estar. Añada el
lector otro detalle. Ya no se nos muestra el Mal mayúsculo, se nos dice que hay un Mal mayúsculo.
Cuando Parker, por ejemplo, entra en su íntima zona oscura, no se cansa el narrador de decirnos que entra en su zona oscura: no nos muestra su descenso al
infierno del recuerdo. Desde luego, se agradecen los
chistes de Louis y Angel, como siempre. Se agradece
algún párrafo fulminante (pocos), como siempre. Pero no pude quitarme de encima la sensación de que el
agotamiento vital de Parker revela que está ficcionalmente agotado, digámoslo así. Ahora bien: queremos
tanto a Connolly…
Lo mismo que a Andrea Camilleri (Sicilia, 1925).
¿Cómo no quererlo con las horas que tan bien nos hizo pasar? Nos presenta en Muerte en mar abierto

ocho historias breves de nuestro
comisario Montalbano. Tomemos
la primera de ellas, La habitación
número dos. Livia y nuestro héroe
van de cena, se divierten y, al regresar
a casa, presencian el
incendio de una hostería. A investigar.
Unas cuantas vueltas
al asunto, unos pocos sospechosos, Mimí, Fazio y compañía
Muerte en mar y, traída por los pelos, una solución o
abierto
una doble solución,
ANDREA CAMILLERI
si se quiere. Ahora
Salamandra, 283 páginas
bien: el despoje es ya
radical. Camilleri
prescinde casi por
completo de descripción o narración: diálogo puro, como si
tanto añorase el autor su pasado como
hombre de teatro.
Entonces, no podeLa canción de
mos (o no pude) por
las sombras
menos que añorar
JOHN CONNOLLY
tanta insinuación,
Tusquets, 444 páginas
tanta gracia, tanto
trabajo de entre líneas como fecundaban las obras maestras del gran e
irónico anciano Camilleri con aquellos parlamentos
interiores llenos de sal. El mismo cuento que da título al conjunto parece una carrera de obstáculos dialogados en busca rápida del culpable. Y no digo que
nuestro autor no sepa hacerlo ya de otro modo, no digo que esa no sea su actual vocación de estilo. Quiero decir acaso que Montalbano ya ha dado de sí todo
y un poquito más. Tal vez, insisto. Ahora bien: queremos tanto a Camilleri…

Apuntes para unas memorias
SAÚL FERNÁNDEZ

Un tipo como Andrea Camilleri (Porto Empedocle, Italia, 1925)
tiene mucho que contar. Aunque
sólo sea por los años que lleva
por el mundo. 92 va a hacer. O
sea, infancia bajo la bota fascista,
juventud en la Sicilia liberada y
entre las bombas de la II Guerra
Mundial, madurez en la Roma de
la dolce vita. Faranduleo, periodista de pro, director de escena y
creador, al final, de Salvo Montal-

bano, el comisario siciliano de
Vigata con una vida repartida en
veintitantas novelas. La leche.
Así que con estos mimbres
uno se pone a leer Mis momentos y piensa que hallará las claves
de un siglo de una intensa vida,
los secretos de uno de los hombres más longevos y lúcidos de
las letras europeas, las culpas y
las disculpas de los días pasados
por el mundo. Pero nada más lejos. Mis momentos es una colección de apuntes para unas futu-

ras memorias envueltos con papel de regalo y con un lazo de
semblanzas de personas que le
influyeron. Y es una lástima. El
novelista tiró por la calle del medio. Y se quedó tan ancho. Los
apuntes, además, no guardan un
concierto cronológico. Mis momentos son sus momentos, relatos a brochazos, notas sin terminar, memorias sin ganas… Y, encima, no menciona a Montalbano
y pasa de largo por su trabajo como director de escena…Todo lo

Mis momentos
ANDREA CAMILLERI
Duomo Ediciones, 215 págs.

que pudo ser, se queda en poco.
Pero estamos hablando de Camilleri y, aunque sólo sea por
eso… Mis momentos es como el
esqueleto de una fantástica autobiografía que está por venir. El
italiano es estajanovista: escribe
una y dos novelas al año de su
criatura más famosa. Las luces
del éxito internacional le comenzaron a alumbrar cuando
cumplió los 70. Ahora ya tiene
92, ya digo. Pero ahí sigue. Y eso
le sucede sólo a unos pocos.

www.laopinion.es
SÁBADO,
18 DE FEBRERO DE 2017
1,30 EUROS

Revólver presenta
su disco ‘Capitol’ en
mayo en el Leal | P. 12

de Tenerife

Carlos Goñi, cantante.

VIVIENDA | P. 9

DEPORTES | P. 59-66

SUCESOS | P. 58

La Laguna prevé usar sus
pisos vacíos para alojar
a personas sin recursos

El CD Tenerife recibe hoy
al Almería con importantes
bajas en el centro del campo

Detenidos tres hombres en
La Laguna por simular que
eran policías nacionales

ÍNDICE: TEMA DEL DÍA 2 | SANTA CRUZ 5 | LA LAGUNA 9 | TENERIFE 14 | CANARIAS 20 | ECONOMÍA 24 | OPINIÓN 28 | NACIONAL 31 | INTERNACIONAL 45 | GENTE Y CULTURAS 48 | SUCESOS 58 | EL TIEMPO 69 | TELEVISIÓN 71

SENTENCIA POR EL ‘CASO NÓOS’

Urdangarin, condenado;
la Infanta, absuelta
La Fiscalía se plantea pedir el ingreso en prisión del cuñado del Rey y de su exsocio
PÁGINAS | 31-32 / 41-42

Calatrava culpa a
las constructoras
de los defectos
detectados en
el Auditorio
Alega que los fallos
no se deben al diseño
Reforma. Aboga por
cambiar el revestimiento

Z

PÁGINA | 14

El TC anula
las plusvalías
y pone en jaque
las arcas de los
ayuntamientos
Los municipios isleños
recaudaron cerca de
86 millones en 2015
por este concepto
PÁGINA | 24

Los restaurantes
y pubs de Santa
Cruz reservarán
aparcamientos
para sus clientes
PÁGINA | 5

Investigadores
del Astrofísico
de Canarias
intuyen el
‘Planeta Nueve’
PÁGINA | 57

DELIA PADRÓN

Las Burras autocensura su cartel de Carnaval
La fiesta carnavalera de Las Burras mantendrá
el boceto polémico en el que Satanás aparece
frente a una mujer desnuda y dominada, como
símbolo de un aquelarre, pero con un matiz

DIGITAL

importante: la escena aparece totalmente difuminada y sobre ella se lee: “Censurado”. El
cartel mantiene el carácter transgresor que se
le ha dado a esta representación teatral pero

añade una crítica al intento de censura por parte de quienes lo tildaron de “machista” y “sexista”. “Hemos querido rebajar los humos de la
polémica”, aseguraron sus impulsores. PÁGINA | 2



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